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A mi hijo en el cielo

  • Alberto Chang Chirinos
  • 18 jul
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 1 sept


Un poema sobre una madre que halla esperanza tras perder a su hijo, dedicado a mi tía Ruth.




Hasta al cielo, primo Pablito.
Hasta al cielo, primo Pablito.

A mi hijo en el cielo


Te escucho en risas que estallan sin prisa,

en noches serenas que saben callar.

Te siento en la brisa que mece el mar,

que sopla con fuerza, sin miedo a errar.


Te veo en la luz que pinta al alba,

en sombras que danzan al irse a ocultar.

Te huelo en las flores que al sol se descalzan,

en tierra mojada que invita a soñar.


Te toco en la lluvia que moja mis manos,

en hojas que tiemblan al viento al pasar.

Te saboreo en la fruta que ofrece el verano,

en la miel de mi café al despertar.


Pero hijo mío:


Aun hay días de sol que debo abrazar,

risas y sueños que quiero alcanzar.

Por ti viviré cada instante que llega;

mi fuerza eres tú, mi razón que no ciega.


Hay caminos que esperan mi ser,

rosas que aún faltan abrirse al amanecer.

Terminaré de vivir esta vida por ti,

descubriendo colores que no conocí.


Hay más días que amar, más días por ver;

y con cada latido yo te cantaré.

Serás mi impulso, mi risa, mi guía;

y, desde lejos, viviremos en alegría.


La vida me llama, y aunque duela seguir,

quiero que sepas que sí voy a vivir.

Que voy a reír, que voy a soñar,

a encontrar en lo simple razones para amar.


Te llevaré en el pecho, mi hijo en el cielo;

y con cada suspiro, renovaré tu vuelo.

Y aunque tu ausencia sea un duro pesar,

mi vida, en tu honor, no dejará de brillar.



 
 
 

1 comentario


charola1974
20 jul

Lindo poema, lo triste de despedir un hijo y tener que seguir en este camino.

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“No hay viaje más íntimo que el de entenderse."​

​​

- Anónimo

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